"Desde el inicio de este trabajo, hace ya unos cuantos meses, hay algo me ha parecido que, aunque es evidente, tenía mucha importancia: cada obra de Rafael Moneo, en el lugar en el que se encuentra, recibe la luz de una forma, y queda configurada por ella. Es la luz de la que, como toda obra humana que aspire a ser vista, no puede escapar. Pero después hay otra luz, la que resulta del modo en que cada una de esas obras del arquitecto gestiona la primera –la luz que recibe–,  y la transforma, la modifica y la propone de un modo nuevo.

Con ese argumento como fondo, he recorrido con mi mujer una buena parte de la geografía peninsular para ver y sentir cada una de esas construcciones de Rafael Moneo. La propuesta de este trabajo de recoger en una imagen alguna esencia de esas obras del universal arquitecto navarro es, como poco, pretenciosa. Implica un reto que, bien lo sabía desde el principio, sólo podría ponerme en evidencia. Así que me pareció mucho más natural, desde el primer momento, dejarme llevar por las sensaciones en cada uno de esos lugares visitados.

Entendí que sería un verdadero disparate renunciar a las sensaciones, tan propias de la condición de fotógrafo. Es evidente que no soy un especialista en arquitectura. Por otra parte, me resultó muy confortable la idea de que la luz fuese el nexo que pudiera unir el trabajo del arquitecto y del fotógrafo. Un nexo que, quién sabe, quizás nos sitúa más cerca de lo que a priori  podría parecer.

En cuanto a la retórica del proyecto, diré que decidí trabajar con formatos de obra pequeños, por los que, desde mis inicios, he tenido siempre debilidad. Creo que establecen con el espectador un diálogo personal, más íntimo, desde luego alejado de cualquier espectacularidad. También en esto tengo la sensación de una cierta sintonía con el trabajo de Rafael Moneo. Opté por el blanco y negro porque, a mi juicio, subraya la importancia de la luz más que la de los aspectos emocionales que solemos asociar al uso del color. Finalmente, frente a la convención habitual en la fotografía de arquitectura que recomienda el uso de cámaras técnicas, he querido utilizar equipos ligeros, por entender que eso permite un uso más cercano a los hábitos del propio espectador, que en realidad es lo que he sido a lo largo de todo este tiempo.

He leído que Rafael Moneo celebra poder ver el mundo “con los ojos del arquitecto”, ya que eso le permite mirar las cosas con “curiosa atención”. En esto también coincidimos, lo digo respetuosamente, arquitecto y fotógrafo. Es una forma de “estar en el mundo” que compartimos, similar en la actitud. Yo celebro también muy de veras, como él, ver el mundo con los ojos del fotógrafo, porque eso me permite ejercer esa atención curiosa y, mejor aún, me permite compartirla con otras personas. Lo he dicho ya en alguna ocasión, y creo que este es un momento excelente para repetir esa reflexión. Cuando la fotografía es capaz de fijar una experiencia de cada espacio y de cada tiempo que ocupa el fotógrafo, entonces, ahí está su magia, todos somos el fotógrafo. Ese es mi verdadero sueño."

Carlos Cánovas

CARLOS CÁNOVAS

Nació en Hellín (Albacete). Reside desde el mismo año de su nacimiento (1951), en Pamplona. Es autor de varios libros que recogen su obra personal, entre los que destacan Deriva de la ría: paisaje sin retorno (Fundación BBK, Bilbao, 1994), Paisajes Fugaces (IVAM, Valencia, 1997), Paisaje Anónimo y Séptimo cielo (Ayuntamiento de Pamplona, 2002 y 2011). Ha publicado también diversos títulos en relación con la historia de la fotografía, como Apuntes para una historia de la fotografía en Navarra (Institución Príncipe de Viana, Pamplona, 1989) y Miguel Goicoechea, un pictorialista marginal (Ikeder, Bilbao, 1994). Fue miembro del Consejo Navarro de Cultura (1983-86), y es asesor de la colección de arte contemporáneo del MACUF (A Coruña). Desde 2000 es profesor de fotografía contratado por la Universidad Pública de Navarra. Ha impartido diversos cursos sobre teoría, técnica e historia de la fotografía y publicado imágenes, artículos y textos en libros, revistas especializadas y diferentes medios de comunicación.

Ha realizado numerosas exposiciones, individuales y colectivas, en España y en otros países. Hay obra suya, entre otros lugares, en la Biblioteca Nacional (París), Museo de Navarra (Pamplona), Fundación Caixa de Pensions, Espai F (Granollers), Centro de Arte Reina Sofía (Madrid), Ifema-Arte Contemporáneo (Madrid), Telefónica de España, S.A. (Madrid),  IVAM – Instituto Valenciano de Arte Moderno (Valencia), Museo de Bellas Artes (Bilbao), Photomuseum (Zarautz), Ayuntamiento de Alcobendas (Madrid), Fundación Bilbao Bizkaia Kutxa (Bilbao), Universidad de Salamanca, Museo de la Universidad de Alicante, Colección de Arte Contemporáneo del Ayuntamiento de Pamplona, Colección Comunidad de Madrid, Fundación IPEC (Valencia), Instituto Cervantes (Roma), Centro de Fotografía Isla de Tenerife (Santa Cruz de Tenerife), Palacio de la Aljafería (Zaragoza), Universidad de Navarra y Universidad Pública de Navarra (Pamplona) y Museo de Arte Contemporáneo Unión Fenosa (A Coruña), así como en diversas colecciones privadas.

Actualmente tiene en fase de preparación dos nuevos libros: Navarra – Fotografía (Publicaciones – Gobierno de Navarra) y Séptimo cielo, fotografías de un paisaje cercano (Universidad de Navarra, proyecto Tender puentes)

Hasta el 6 de enero