MITOS & FANTASÍAS.

Pinturas de Fausto Díaz

Aunque en nuestros días los mitos de la Antigüedad grecorromana han perdido importancia como motivo de inspiración para los artistas en relación con siglos pasados, era frecuente que éstos los representasen en  su obra, como hicieron Botticelli, Tiziano, Benvenuto Cellini, Caravaggio, Rubens, Nicolas Poussin o Goya,  por citar sólo algunos, entre  los  más grandes maestros del arte europeo. Sin embargo, en la actualidad también hay creadores, como es el caso de Fausto Díaz, que  vuelven su mirada hacia lo mitología clásica, fascinados por su poder de sugerencia y la belleza de sus narraciones.                      

La exposición nos presenta una galería de dioses, héroes y humanos de la mitología grecorromana, sometidos a una existencia intensa y azarosa. Como Sísifo, a quien Zeus, por venganza, condenó a  un duro y eterno tormento: subir a la cima de una montaña una enorme roca, que una vez allí, volvía a rodar hacia abajo. Como Edipo, cuyo destino, determinado antes de su nacimiento por los dioses, era que mataría a su padre y se casaría con su madre sin reconocerlos; el oráculo se cumplió inexorablemente, sin que él pudiera hacer nada para evitarlo. O como Pandora, la primera mujer, creada por Hefesto,  que  alteró el estado de felicidad en que vivían los hombres primitivos, ya que tentada por la curiosidad,  abrió la caja que contenía todas las desgracias: el mal, la fatiga, las enfermedades; que a partir de entonces se extendieron por el mundo.

Convertidos en símbolos universales, los mitos llegan a nosotros en esta exposición representados por medio de una  iconografía  novedosa  y audaz.  El pintor  humaniza los dioses y héroes, restando  dramatismo y teatralidad a las escenas. Los dioses se transforman así en habitantes de un mundo recreado, que expresan la tensión entre el tiempo presente en que se pintan y su pertenencia a una temática de gran tradición artística.

 Un rasgo a destacar es la profunda  identificación que el  pintor establece con sus personajes, lo que le lleva en ocasiones a romper  la barrera  del tiempo, pintándose a sí mismo como un personaje más del cuadro, que aparece retratado en el momento de realizar la obra, delante del caballete. Mediante este recurso artístico, que supone introducir al pintor dentro de la pintura y que tiene larga tradición en la historia del arte, Fausto Díaz establece un diálogo mental con sus  personajes e invita  a los  espectadores a que sigan sus pasos. 

En ocasiones el pintor empatiza con sus personajes de una manera tan intensa, que llega a  suplantarlos, colocándose en su lugar. En la obra titulada Teseo, que plasma la historia de este rey ateniense, que según la leyenda, entró en el Laberinto de Creta y mató al Minotauro, el monstruo que habitaba en su interior. Con ello consiguió liberar a los atenienses  de  la obligación que éstos tenían de entregar cada año al rey Minos siete jóvenes y siete doncellas, que devoraba el Minotauro. El pintor se convierte aquí el  “nuevo  Teseo”, que vence metafóricamente al monstruo, el cual aparece bajo sus pies, tendido en el suelo y derrotado.

Pintor de referencias expresionistas, Fausto Díaz muestra un lenguaje pictórico de marcada personalidad, en el que adquiere gran importancia el color. Su paleta amplia y de tonos brillantes, juega con fuertes contrastes entre colores cálidos y fríos. Las escenas de sus cuadros, que se caracterizan por perspectivas profundas y una luminosidad poderosa, aparecen cargadas de serenidad. Sus figuras, trazadas con largas y certeras pinceladas, nos desvelan un estilo sobrio, pero de gran expresividad.

Estamos ante una exposición que nos ofrece la lectura personal de unos mitos nacidos en el pasado,  pero que lejos de  resultar extraños a la  sensibilidad  del hombre actual, apelan  a su razón y a sus sentimientos. Una exposición que nos introduce en un mundo mágico y que nos ofrece  participar del gozoso placer de la pintura. 

Miguel Ángel Hurtado

La mitología griega despertó la imaginación de Fausto Díaz Llorente quien nos propone sumergirnos en ella a través de sus obras. Éstas se detienen en cada personaje de la Grecia antigua en una correcta mixtura del pasado y del presente. La propuesta no era que la nostalgia socavara los cimientos del presente. No. Por el contrario, era arrojarse de cabeza, zambullirse y dejarse llevar a un mundo de personajes conocidos, guiados por el artista.

De este aggiornamento surgen de su colorida paleta obras en las que el autor deja su impronta, las dota de una visión intimista y cálida poblada de seres que parecen inoxidables e inolvidables al paso del tiempo. Porque ¿quién de nosotros no tiene presente la leyenda de Prometeo, el drama y la expiación de Edipo, el sueño truncado de Ícaro o la atormentada existencia de Perséfone tras el rapto que la hizo descender a los infiernos? Nadie, estoy seguro.

El desfile a través de la obra de Fausto Díaz Llorente nos muestra a dioses atormentados, monstruos, guerras y hasta entrometidos atrapados y presos en la tensión del dibujo que parecen estar a merced del autor. A quienes hoy contemplan la obra de este gran artista y mejor ser humano les cuento que les hice trampa. Yo la vi antes, al menos en fotografías en la lejana ciudad argentina de Tucumán porque para la amistad no existen las fronteras.

2017, Jorge Álvarez Pieroni

Tucumán_Argentina

Exposición de pinturas: del 29 de junio al 23 de julio de 2017

Organizada por CASTEL RUIZ.

Casa del Almirante - Fundación María Forcada.

Horarios: Martes a sábado, de 10,30 a 13,30 y de 17,30 a 20,30 horas

            Domingos y festivos: de 10,30 a 13,30 horas

Entrada libre