DE TUDELA HASTA EL RONCAL

Éste no es un concierto al uso. Es más bien un tímido acercamiento a una riqueza tan grande como es la expresión de un pueblo. A esa riqueza que a los navarros, más allá de diferencias y, sobre todo, de fundamentalismos reconocemos como nuestra. En algunos casos seremos partícipes de elementos compartidos con vecinos más o menos lejanos, en otros nos veremos identificados de manera más exclusiva. Vaya, por supuesto, nuestro respeto y consideración a esos navarros de Ultrapuertos más allá del Pirineo, por supuesto aquí representados de manera paritaria como no podía ser de otra manera.

La música y la danza populares son dos elementos verdaderamente relevantes a la hora de definir la identidad de un pueblo en toda su riqueza, diversidad y elementos compartidos. El pueblo se identifica con ellos. Algunos de estos ejemplos de música y danza harán vibrar a unos pocos, otros prácticamente a todos. Navarra “tierra de diversidad” es, en efecto, una realidad tremendamente diversa y particular, enormemente rica en su etnografía y dentro de ésta en sus elementos coréuticos y musicales tradicionales. También en su devenir histórico, político y sociológico cuyo resultado somos nosotros. Hagamos de estos lenguajes universales, la danza, la música, las lenguas, el folklore, un elemento distintivo e integrador; ese es el verdadero objetivo de este “concierto” tan especial.

Es imposible abarcar siquiera un conjunto representativo del acervo cultural de un pueblo en un concierto-muestra como este. Por eso ésta no será, espero, sino la primera de varias experiencias en un campo que sólo empezamos a conocer a través del estudio de este inmenso patrimonio vasco, castellano, francés, navarro por tanto y universal, como universal es la creatividad y la búsqueda de la belleza. Queremos agradecer a tan excelentes investigadores que de una forma más o menos directa, nos han ilustrado en este camino incipiente. En primer lugar a Iruña Taldea y sus distintas formaciones y a Mikel Ripodas en particular. Cómo no a personas como Maite Mauleón, Caro Baroja, Juan Antonio Urbeltz, Padre Donostia, Valeriano Ordóñez y tantos otros, que han propiciado que este trocito de cultura haya perdurado y, en primer lugar, al pueblo de Navarra que en la Montaña y en la Ribera y en todos sus rincones, lo siguen manteniendo vivo y actual.

No puedo dejar de dedicar el resultado de esta investigación, aquí plasmada, a mi abuela, nire amonari: Felisa Egúzquiza Mariezcurrena, de Elgorriaga, que poco antes de morir, y casi confidencialmente, me dijo: “Nosotros hablamos tres idiomas y participamos de tres culturas: la vasca, la castellana y la francesa. ¡Aprende si puedes las tres lenguas, pues así entenderás a todos!” En su lenguaje sencillo no hacía más que, a partir del amor a lo nuestro, acercarse al amor a todos los humanos con los que compartimos mucho más de lo que nos separa.

David Guindano Igarreta; navarro y ciudadano del mundo, músico y musicólogo